Categoría: Prensa

«Molinero del aire» de Amancio González

Tenemos el gran placer de presentar a un nuevo y especial habitante de el Molino de Villacelama. Se llama “Molinero del aire” y es una obra del escultor Amancio González (Villahibiera de Rueda, León, 1965).

Este proyecto nace hace dos años por casualidad, en una presentación de una obra de Amancio en la Galeria de Arte Armaga. De gran importancia ha sido compartir nuestro entusiasmo con Amancio en el Molino y como juntos hemos podido crear este proyecto privado, que desde aquí queremos hacer visible y accesible a todos. Para nosotros es una obra que pasa a ser un símbolo, que conecta el pasado y el presente de un forma armónica.

Amancio habla sobre su obra en el Molino de Villacelama

“Me siento muy feliz con esta obra, con ella he querido transmitir el duro trabajo de los molineros moviendo y girando estas pesadas ruedas para así poder seguir moliendo”

“En cuanto a la figura la he realizado en mi estudio y retocado en Villacelama (León), es de unos dos metros y medio que llevó no menos de 3.000 piezas de acero corrugado de 8 cm de largo por 1 cm de diámetro y con un peso aproximado de 170 kg. La altura total es de 5,60 m”

¡¡Bienvenido Molinero del aire!!

¡¡Primer aniversario!!

Todo empezó allá por el siglo XV, aunque hoy hace un año que iniciamos este nuevo proyecto. Queremos daros las gracias a todos los que habéis confiado en nosotros, realmente no podíamos imaginarnos hace un año que llegaríamos a donde estamos hoy. Nuestro objetivo sigue siendo siendo muy sencillo: cuidar del Molino de Villacelama, un lugar lleno de historia que las futuras generaciones tienen que conocer.

Para que os hagáis una idea de lo maravilloso que ha sido este año para nosotros, hemos sacado unos datos:

Por último, queremos que conozcáis que seguimos trabajando y que tenemos muchas cosas que queremos contaros; pero alguna de ellas aún no os las podemos desvelar todavía… otras si.

¡¡Muchas gracias por este bonito año y que el Molino de Villacelama cumpla muchos más!!

Supera con nosotros el «síndrome otoñal»

Voz Pópuli, nos sitúa en el primer lugar entre las siete casas rurales perfectas para superar el ‘síndrome otoñal’, aquí os dejamos el artículo:

«Hay que asumirlo. Los días de sol, piscina, mar o montaña han pasado. Quedan aproximadamente unos 8 meses para que las condiciones meteorológicas nos dejen disfrutar de todo ello. Ahora vienen temporadas de recogida de setas, botas altas para el agua y sábados de cine o manta y peli. Pero tranquilos, que no cunda el pánico. El otoño y el invierno son estaciones en las que no hay por qué quedarse en casa y, si lo haces, seguro que te damos alguna buena idea con esta selección sobre los alojamientos más apetecibles para las temporadas post-verano:

Molino de Villacelama

Imagínate dormir en un antiguo molino totalmente rehabilitado pero que sigue conservando ese encanto rural que a todos engancha. Una casa cuidada hasta el más mínimo detalle. Donde objetos cotidianos como la antigua máquina de coser hace las veces de mesilla de noche o, donde incluso, te puedes dar un paseo entre aperos que se utilizaban cuando el molino estaba operativo. Esta original casa se encuentra en Villacelama, León y, si os estáis preguntando, sí, vuestras mascotas serán muy bien recibidas.»

Si quieres leer el artículo completo pincha aquí.

 

 

 

El Molino se reinventa (Diario de León)

Diario de León. Maria Carnero. 8 de mayo de 2015

El molino de Villacelama vuelve a funcionar. Pero no para fabricar harina como lo hizo a lo largo de los años desde el siglo XV, que es cuando se tiene constancia de su existencia, ni para dar suministro eléctrico a los trece pueblos de su alrededor como hizo desde 1927, sino que abre sus puertas en esta ocasión para acoger una casa rural que, arropada por su historia, recoge el testigo de todo el encanto que desprende este lugar que se encuentra a orillas del Esla, y a tan solo dos kilómetros del Camino de Santiago.

Sus actuales propietarios, Amelia González, su hija Yolanda García y su nieto Eduardo Da Pena, que heredaron esta joya de la arquitectura industrial leonesa de sus antepasados, han trabajado muy duro para devolver el lustre a este lugar, asentado sobre un recinto de 7.500 metros cuadrados, que conserva intacta toda la maquinaria original de la época necesaria para moler cereales y para posteriormente generar electricidad. Todo este trabajo, que se ha realizado con mimo y sacrificio, fue fraguado con un sueño en la cabeza, abrir al público este histórico lugar, para compartir su legado y su belleza. Casi artesanalmente, y con un gusto exquisito, se han levantado unas estancias dotadas de cocina-salón, un baño y tres habitaciones, que sorprenden por su cuidada decoración y por el encanto que desprenden. En el exterior, hay un patio ideal para relajarse con el susurro de la frondosa ribera del Esla de fondo, y un jardín con tumbonas y barbacoa, donde poder pasar entrañables jornadas en familia o con amigos. También es un lugar ideal para hacer un grato alto en el Camino de Santiago, ya que el peregrino, ya que puede encontrar descanso que buscan y deleitar su mente.

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